Ahora sí, la cosa se puso dura. Aunque todos festinan el triunfo de su propio candidato, la verdad es que el debate lo único que provocó fue que se cerrara aún más el empate técnico entre los dos principales punteros (Felipe y el Peje), pero ahora seguidos más de cerca por Roberto Madrazo. Como decíamos aquí mismo ayer.
Cada quien jugó bien su papel y argumentos, así que nadie puede cantar victoria.
Repito: Nadie puede dar a un ganador indiscutible, aunque el corazón les diga lo contrario.
De Campa y Mercado, mejor que se dediquen a otra cosa. Pobrecillos.
Lo que sí es un hecho es que ya es hora de que cambie el formato de los mentados debates. El acartonamiento y unas reglas absurdas de temas y tiempos hacen que en más una ocasión, muchos nos estemos cabeceando. Neta, qué bueno que fue el último, porque da una güeva monumental el seguir viendo esa estructura de programas.
Pues ya en las próximas dos semanas de campaña oficial sabremos si alguno levanta o simplemente se cierra el propio empate.
Como decíamos ayer: Sálvese quien pueda.
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