lunes, julio 10, 2006

LO QUE MENCIONAMOS LOS PRIMEROS DIAS DE JUNIO SE CUMPLIO GANO UN EQUIPO EUROPEO

PERO LO QUE NADIE LE ATINO ES QUE ESE EQUIPO EUROPEO HAYA SIDO ITALIA, A PRINCIPIOS DEL MUNDIAL DE FUT BOL NADIE PODRIA ASEGURAR QUE ITALIA PODRIA SER CAMPEONA, TODOS AUGURABAN QUE PODRIA GANAR FRANCIA, ALEMANIA, HOLANDA INCLUSIVE DEL LADO AMERICANO BRASIL, PERO DE ITALIA CASI NO SE HABLABA POR SU ESTILO DE FUT BOL MAS DEFENSIVO, PERO SORPRESA GANO ITALIA, UN EQUIPO QUE SABE COMO DEFENDER Y QUE ATACA POCO PERO CUANDO LO HACE RESULTA SER LETAL.

ESTE MUNDIAL NOS DEJA COMO EXPERIENCIA QUE NO IMPORTA COMO JUEGES BONITO O FEO, SI ERES OFENSIVO O DEFENSIVO, SI NO SIMPLEMENTE GANA EL QUE ANOTA MAS GOLES Y ASI LO REALIZO ITALIA.

ES CURIOSO QUE EL DIA DE HOY, UN DIA DESPUES DEL PARTIDO AQUI EN MEXICO YA HE VISTO POR LA CALLE NUMEROSAS CAMISETAS DE ITALIA, NO CABE DUDA QUE LOS MEXICANOS SOMOS ASI ESTAMOS CON EL GANADOR, AHORA YA TODOS SOMOS ITALIANOS.

Y POR LO QUE RESPECTA A LA MERCADOTECNIA SE VISLUMBRA QUE LA ECONOMIA PARA EL EQUIPO DE ITALIA Y LA FIFA CLARO SUBA CAÑON, YA QUE SE VAN A VENDER MUCHAS CAMISETAS DE ITALIA POR TODO EL MUNDO Y SEGURO QUE TODO EL MUNDO YA ES ITALIANO.

BIEN DICEN QUE LAS DERROTAS SON HUERFANAS Y LAS VICTORIAS TIENEN MUCHOS PADRES.

Italia, ¡tetracampeón!

Tras empatar a uno durante 120 minutos, Italia se impuso 5-3 en penaltis a Francia y ya posee poker de copas del mundo. Esta fue la segunda final de un mundial que se resuelve mediante lanzamientos penales y que tiene a Italia como actor protagónico, al igual que en Estados Unidos 1994, cuado perdió contra Brasil

BERLÍN (DPA).- Italia se consagró tretracampeón mundial de futbol al ganar el título en Alemania 2006 tras vencer 5-3 a Francia en penaltis, luego del empate a uno en 120 minutos de juego.
Fabio Grosso fue el hombre que marcó a las 22:42 de Berlín el penal que llevó a la azzurra a su cuarta copa, la primera en 24 años, en una noche que vio a Zinedine Zidane elevarse a los altares del futbol y descender hora y media más tarde a los infiernos.

Esta fue la segunda final de un mundial que se resuelve mediante lanzamientos penales y que tiene a Italia como actor protagónico, al igual que en Estados Unidos 1994, cuado perdió contra Brasil.

Apenas 30 segundos de juego y todo se paró: Henry había chocado con Cannavaro y estaba inmóvil en el piso. Tras tres minutos de atención volvió a entrar al que ya se perfilaba como un choque de pierna fuerte.

Se jugaba sin concesiones, al límite: la final del Mundial es algo único, pero también contaba que nueve de los titulares -siete en Italia, dos en Francia- fueran de clubes involucrados en el escándalo del "calcio". Podían ser campeones del mundo hoy, pero quizás no tener un trabajo en serio próximamente.

A los 6´ llegó la jugada que cambiaría la historia que perfilaba la final. Penal de Materazzi a Malouda, un toque del italiano, suficiente para que el francés del Lyon cayera en el área.

Y entonces surgió el genio de Zidane, el genio que tan mal terminaría la noche. Zizou tocó a los 7´ con la punta de su botín derecho hacia arriba y suave, tan suave que Buffon habrá podido revisar media vida mientras veía la pelota entrar en lánguida vaselina a su izquierda. El balón rebotó en el travesaño y cayó tras la línea.

¡Qué comienzo! El gol de Zidane fue doblemente beneficioso para el partido: por genial, sí, pero también por destrabar parte del entramado táctico y la dureza que amenazaba a la final.

Tras una amarilla a Sagnol por dura falta a Grosso, Thuram desvió a los 14´ al corner un preciso tiro libre de Pirlo desde la derecha. Por ahí vendría el empate.

El exquisito mediocampista del Milán puso en marcha su mágico botín, con un corner desde la derecha bombeado, de caída lenta, para que Materazzi elevara sus 193 centímetros sobre Vieira y cabeceara al gol ante la desesperación de Barthez. Iban 19´ y el partido volvía al empate.

Una jugada calcada -corner de Pirlo desde la derecha, cabezazo de Materazzi- fue salvada por el pie de Thuram a los 27´. Llegó luego una gran combinación en una internada por la derecha de Gattuso, pared incluida con Totti, que llevó a que cabeceara Toni al travesaño a los 36´.

Para el segundo tiempo Francia volvió rejuvenecida, con un Henry brillante y todo el equipo con una marcha más que 15 minutos antes.

Diarra entró a los 57´ en lugar de Vieira, que se retiró golpeado. El partido era intenso y atractivo.

Iaquinta relevó a Perrota al 61´ y entró De Rossi por Totti al 66´. Y el línea anuló correctamente un cabezazo a gol de Toni por posición adelantada.

Los seleccionados buscaron hacerse daño y anotar el gol del triunfo, pero no lo lograron. Ningún arco cayó, y la prórroga era un hecho: 30 minutos más de emoción en la cálida y húmeda noche de Berlín.

Malouda mostró caños y veloces incursiones por la izquierda en el inicio de la prórroga, Ribery se perdió el gol a los 98´ y, exhausto, fue reemplazado por el francoargentino Trezeguet. Buffon se lució ante Zidane a los 103´ tras un potente cabezazo del francés.


La expulsión

Henry, que ya no era el del inicio, dejó su lugar a Wiltord a los 107´. Fue entonces que Zidane enloqueció y arruinó su despedida: agachó la cabeza como un toro enceguecido y embistió con un testarazo contra el pecho de Materazzi.

Muchos no entendían por qué el central se retorcía en el suelo. Pero llegó la roja de Elizondo tras consultar al línea.

Nunca un grande se había despedido con tan poco honor. El abucheo cubrió el estadio, pero era un abucheo algo ignorante. Algunos silbaban al francés, porque vieron el cabezazo que no exhibió la pantalla gigante, pero otros descargaban su rabia con el "delator" Buffon, que había avisado al línea.

Mejor para la azzurra que llegaran los penales, porque cada vez que uno de sus jugadores tocaba el balón, era abucheado.

Llegaron los penales, los mismos que en Estados Unidos 94 le quitaron a Italia el título ante Brasil.

Acertaron Pirlo, Wiltord y Materazzi, pero Trezeguet sacudió el travesaño. Los penales en el Olímpico de Berlín no son buena cosa si se crió uno en Argentina. Acertó De Rossi, Italia se adelantaba 3-1. Acertó Abidal, 3-2, pero Del Piero puso el 4-2, e Italia acariciaba el cuarto título. Sagnol convirtió para el 4-3, y el título estaba en los pies de Grosso, el héroe ante Australia y Alemania.

Con calidad, combado, directo a la red. Barthez voló hacia su derecha, hacia el lado equivocado, y todo el equipo italiano voló hacia los brazos de Fabio Grosso, la nueva cara ganadora de Italia tetracampeón.

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