sábado, marzo 29, 2008

Eligen chip inútil contra robacoches




El gobierno federal decidió que la tecnología para registrar e identificar a los cerca de 25 millones de vehículos que circulan en el país, será un chip (o tag) pasivo, un sistema similar al que opera en los estados de Puebla, Tlaxcala e Hidalgo y que tiene un impacto limitado contra el robo de autos.
El dispositivo, que funcionará como constancia de inscripción en el Registro Público Vehicular (Repuve), se instalará en todos los vehículos nuevos en los próximos meses, y en los usados se colocará durante los próximos tres años en el reemplacamiento o en la verificación.
El tag activo, que posibilita el rastreo de vehículos, se descartó por factores como el costo (cuesta dos o tres veces más que el pasivo) y la vida útil de su batería, lo que obligaría a reemplazar todos los dispositivos en cuatro o cinco años, explicó Roberto Campa Cifrián, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Campa, en entrevista con EL UNIVERSAL, aclaró que la decisión se basó en el dictamen de especialistas de tres universidades, quienes consideraron que la tecnología activa rebasa los requerimientos del Repuve.
Precisó que el SNSP adquirirá los chips necesarios para registrar todo el parque vehicular del país (autos, camiones y motocicletas), y los gobiernos estatales comprarán los equipos de lectura y escritura.
Ventajas y desventajas
En opinión de expertos, los tag pasivos, que cuestan de uno a cuatro dólares, tienen desventajas como su rango de lectura y el costo de algunos de los equipos lectores (como los arcos a la salida de las carreteras), que van de 2 mil a 25 mil dólares.
Los chips activos cuestan de 12 a 25 dólares, tienen lectores que cuestan de 300 a 500 dólares; algunos tan pequeños como un teléfono celular y con una inversión de 9 a 20 millones de dólares se podrían adquirir de 30 mil a 60 mil lectores para rastrear los autos robados en todo el país, explicaron dos de los entrevistados que solicitaron el anonimato.
Con la tecnología activa, el lector identifica todos los tags ubicados en un área determinada, lo que facilita su rastreo en espacios amplios, mientras que la lectura de la pasiva es individual y por puntos específicos.
El costo, sólo en la compra de los tags, podría pasar de 350 o 400 millones de pesos con chips pasivos, a 5 mil o 6 mil millones con activos, considerando los precios de mercado de ambos.
Luis Godínez González, gerente comercial de Grupo Tisa IT Services, desarrolladora de software que maneja chips pasivos, explicó que éstos tienen un reducido rango de lectura (máximo seis metros); algunos modelos pueden ser fácilmente bloqueados, y otros tienen problemas de modulación de frecuencias o son incompatibles con ciertos tipos de lectores.
“Es una tecnología nueva y todavía hay muchas cosas que no sabemos de ella”, dijo al considerar que su aplicación en el Repuve requiere de “una muy buena investigación y documentación”.
Chip activo
Consultado sobre las desventajas del chip pasivo, Campa Cifrián aseguró que la tecnología activa “rebasa sustancialmente los requerimientos del Repuve”, de acuerdo con el dictamen de especialistas de la UNAM, el Politécnicol (IPN) y el Tecnológico de Monterrey.
“Lo que revisaron las universidades fue: sensibilidades o interferencias electromagnéticas, limitantes de vida útil y costos”, y después de consultar el dictamen con el área de desarrollo de tecnologías de Plataforma México, se optó por el chip pasivo.
En la decisión también influyó el tema de patentes, pues todas las tecnologías activas son tecnologías propietarias, “y ese es un tema muy importante, porque se está planteando que tengamos una tecnología segura, pero no una propietaria”, para no vincular todo el proceso y los productos a un solo proveedor, “que es lo que quisieran algunos”.
“Lo que hemos planteado es un esquema abierto, donde la Secretaría, el Sistema, adquiera los tags, chip y antena, pero que el resto de los que participan, las entidades, las armadoras y distribuidores, compren los equipos a quien les ofrezca mejores condiciones de precio y servicio”.
Para ello se están diseñando las bases de la licitación, en la que se plantea un esquema de tecnología abierta, a fin de que las empresas propongan un diseño de chip y antena específicos para los requerimientos del Repuve.
Campa rechazó las versiones de que el contrato está “amarrado” con una de las empresas interesadas en proveer la tecnología del Repuve (Cosmocolor, de Jorge Kawaghi) y negó que se pretenda favorecer a una empresa en particular, pues la licitación incluirá candados.


No hay comentarios.: